domingo, 25 de marzo de 2007

Fantasía Épica Nacional


Los guerreros sin rostro, aventuras de Skarrion Gunthar de Andrés Díaz:

Ya tenía yo ganas de poder leer una obra de Fantasía épica, que no estuviera “marcada” por el sello de ningún traductor. No es que desconfíe de su labor, pero es indudable que por muy bien que hagan su trabajo, la traducción no es el trabajo original del autor.

El libro comienza con la novela que da título al libro, “Los guerreros sin rostro”. Esta es una buena prueba de que las sagas interminables (trilogías, pentalogías etc...) no son sinónimo de calidad, ya que en unas escasas ciento treinta páginas, Andrés Díaz es capaz de crear un mundo que atrapa al lector desde el primer momento.

Mucho se habla de las comparaciones entre Skarrion y Conan. Es cierto que las similitudes entre ambos personajes son evidentes. Podríamos decir que Skarrion es la versión nórdica del Cimmerio. Pero personalmente, después de conocer a ambos personajes, queda claro que las similitudes son mayoritariamente físicas; ya que psicológicamente, los personajes son completamente opuestos. Y como rasgo principal, baste decir que Skarrion utiliza la cabeza para algo más que llevar el casco, utiliza el cerebro, cosa que Conan hace…en muy contadas ocasiones.

Los personajes están perfectamente construidos, a pesar de lo breve del relato. Este es uno de esos libros que sabe a poco, pero no por su calidad, sino por su longitud, y a pesar de la escasez de esta, la intensidad de la acción, aumenta con cada página.

Así, Skarrion y Camu, son aguerridos guerreros muy diestros en el uso de las armas, y Zuadar es uno de esos “malos” con los que incluso el lector llega a simpatizar.

En el caso de los dos primeros, a pesar de ser unos desconocidos, los acontecimientos hacen que entre ellos surja una gran amistad, y que al final todos los personajes reciban su merecido, y es que ambos personajes cumplen sus promesas y son muy vengativos.

En cuanto a los relatos cortos, podemos encontrar los antecedentes de la vida de Skarrion Gunthar. En el primero de ellos, a pesar de ser de los más breves, encontramos a un joven Skarrion junto a su padre, a bordo de un barco pirata. Ya desde el principio notamos que el joven es un guerrero nato, lleno de destreza y pericia con las armas.

En el relato “El señor del País verde”, Skarrion ya es un joven algo más maduro, lleno de los ideales y el descaro de la juventud; son estos mismos ideales los que lo llevan a enfrentarse a sus compañeros para evitar lo que el considera una injusticia.

En “Amor y guerra”, encontramos a un joven guerrero lleno de orgullo, que cede ante los brazos del amor, y entabla una vida honesta junto a la mujer que ama. Pero un buen día, Skarrion recibe una visita inesperada. Esta es la prueba perfecta de que el pasado está ahí, y siempre acaba volviendo.

En “Hijos de la guerra”, la narración comienza “In media res”, en mitad de la acción. Al inicio del asalto de Skarrion y sus hombres a una fortaleza.
Y a pesar de ser un mercenario, Skarrion demuestra un sentido del honor y la lealtad encomiable. Es ese honor el que le lleva a luchar codo con codo junto a sus antiguos enemigos. Junto con “La ley del hacha”, es uno de los mejores relatos del libro.

El libro concluye con otro relato “El cobarde”; que en mi opinión demuestra claramente como Skarrion, no es solo un bárbaro sediento de sangre, y más aún, que no está orgulloso de ciertos actos de su pasado, y trata de evitar que otros cometan las estupideces que el cometió, y en cierto modo marcaron su vida.

En conclusión, nos encontramos ante uno de los mejores libros de Fantasía en nuestra lengua, lo que sirve para demostrar que no siempre tenemos que recurrir a autores de habla inglesa si tenemos ganas de una buena obra de Fantasía épica. Las comparaciones con Conan…están ahí, pero tras la lectura de esta obra, queda bien claro que tan solo la apariencia física liga a ambos personajes. Skarrion demuestra ser un personaje que evoluciona, que piensa, que sabe anteponer sus principios, y lucha con honor y valentía, pero sobre todo, que piensa, al contrario que el Cimmerio.
Esta es una obra muy recomendable para cualquiera que quiera aficionarse a este género, o para lectores veteranos en busca de nuevas experiencias.

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